Células madre reparan tejidos

La posibilidad de reparar una lesión, como una fractura, o una enfermedad, como la diabetes, usando células madre del mismo cuerpo es cada vez menos un asunto de la ciencia ficción

De eso está convencido Luciano Rodríguez, director del Banco de Células Madre de Barcelona (España), uno de los expertos más reconocidos en el campo de la llamada regeneración celular.

La semana pasada asistió a la Bienal de la Sociedad Bogotana de Ginecobstetricia para exponer los resultados experimentales logrados en humanos, a partir de modelos planteados en laboratorio.

Esta técnica consiste en la utilización de células madre del adulto (con capacidad para producir algunos tejidos), con el propósito de reparar estructuras dañadas del organismo.

Se parte de la premisa de que en el cuerpo adulto existen este tipo de células en la córnea, en la médula ósea, en la mucosa olfatoria e incluso en el corazón; que pueden extraerse, aislarse, clasificarse y cultivarse para luego inyectarlas directamente en el sitio de la lesión o a través del torrente sanguíneo.

Se cree que una vez en el sitio estas células se anidan y empiezan a crecer por ellas mismas y a producir sustancias que favorecen la generación de nuevos tejidos.

Aunque en teoría esto funcionaría para todos los tejidos, la seguridad de estas células (son de la misma persona, por lo tanto no generan rechazo) ha permitido experiencias en humanos en casos de diabetes, infartos cardíacos, fracturas óseas y tejido nervioso.

Rodríguez insiste en que su grupo ya usa esta técnica con fines terapéuticos, en ensayos clínicos fase tres (con humanos). “Hemos tenido buenos resultados regenerando hueso en personas con fracturas que no han soldado. Se aplican directamente en el área lesionada células mezcladas en un plasma enriquecido, que ayudan a estimular el moldeamiento óseo a partir de la producción de cartílago”, explica Rodríguez.

Luz Mabel Ávila, directora científica del Banco de Células Stem de Colombia, dice que “el trabajo con estas células no tiene restricciones éticas, como sí las tienen las extraídas de embriones, porque son una reserva para autorrenovar los tejidos cuando se necesitan. Infortunadamente, la posibilidad de que estas células se conviertan en otras se pierde con la edad”.

Y asegura que lo favorable es que la manipulación de estas células no ha demostrado que puedan transformarse, es decir que no hay peligro de que se vuelvan cancerosas.

Lo que buscan técnicas como estas es replicar procesos naturales del organismo, identificados en los últimos tiempos. Por ejemplo, cuando una persona sufre quemaduras extensas, la médula ósea (sitio en el que se produce la sangre) recibe un estímulo que hace que hacia el área lesionada viajen células con estas carecterísticas, que tienen la función de producir piel nueva. Lo mismo ocurre con inflamaciones y con otro tipo de enfermedades.

El tejido graso podría ser una gran reserva, más asequible, de células madre adultas. Lo que hacen los científicos es establecer cómo funcionan esos mecanismos y después de manipularlos utilizarlos en forma controlada.

Existen distintos tipos de células madre Hay células con la capacidad de originar cualquiera de los 200 tipos de células del organismo: son las células madre o progenitoras. Hay varios tipos: Totipotenciales: pueden originar un organismo entero; se producen cuando un óvulo se une a un espermatozoide.

Pluripotenciales: tienen la capacidad de generar células de distintos tipos de tejidos (músculo, hueso, neuronas, piel, entre otros), pero no de producir un cuerpo entero.

Multipotenciales: pueden especializarse en células productoras de una sola familia: por ejemplo, la madre de todas las células de la sangre (glóbulos rojos, blancos, plaquetas).

El cuerpo adulto tiene células madre principalmente multipotenciales o células madre adultas. La ciencia busca métodos para aislarlas , cultivarlas y usarlas para reparar o remplazar tejidos dañados.

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